Un escritor conocido recibe, a sus cuarenta y un años, una carta que abulta mucho dentro de un sobre en blanco. Al abrir el sobre cuenta dos docenas de hojas escritas por una mano femenina cuya letra no reconoce. El sobre no tiene remite y la carta no está firmada. 

Se trata de una mujer cuyo hijo único acaba de morir y también ella morirá pronto de la misma enfermedad contagiosa. 

La mujer relata en la carta su amor a él desde que tenía trece años. Es una confesión de su intimidad hecha con gran elegancia. No sobra ni una frase, ni una sola palabra en las ochenta páginas del libro. En ningún momento se cansa uno de leer esta carta que permite admirar la maestría de un escritor de fama universal.

Comentarios

Entradas populares